Carta del Director 2019
Estimados alumnos,
Os doy la bienvenida al nuevo curso académico 2018/19.
Tanto yo, director y maestro de la escuela, como mi equipo, queremos dar este año un paso más allá en la enseñanza de la danza en nuestro centro. Nuestro objetivo es impulsar y acercar a todos nuestros alumnos al mundo de la danza profesional, diseñando un calendario de eventos repartidos a lo largo del curso académico.
Desde nuestros inicios, hace ya tres años, una de nuestras principales metas ha sido la de trasmitir los valores de la danza: disciplina, constancia, compromiso, compañerismo, esfuerzo, superación y humildad. Este año, además, queremos premiar a los alumnos que
cumplen con estos valores. Por eso, hemos creado el programa didáctico Alumno del Mes, para fomentar en nuestro alumnado el interés por adquirirlos.
Otra novedad enfocada al mundo profesional, es la organización de Masterclasses y cursos de danza con maestros invitados de prestigio nacional e internacional, que tendrán lugar a lo largo del curso académico. Siempre he considerado de gran importancia el poder contar
con maestros diferentes que ayuden a los alumnos en su evolución. El lenguaje de la danza es muy amplio y tiene muchos registros, que un bailarín de hoy tiene que saber captar.
La versatilidad de un profesional es una de las cualidades más demandadas en la actualidad. El escenario también es fundamental para la formación de los bailarines. Nuestro espectáculo de fin de curso es la mejor forma de demostrar lo aprendido en el curso académico. Además,
a lo largo del año, los alumnos con nivel más alto y que destaquen por su aptitud, participarán en concursos y certámenes de danza representando a la escuela. Estas experiencias son fundamentales, porque permiten que los bailarines compitan con otros bailarines de diferente procedencia, pero con la misma pasión y amor por la danza.
Nos espera un año lleno de novedades y de mucha danza. De parte mía y de todo mi equipo, os doy la bienvenida a nuestra casa de la danza.
Que Terpsícore nos acompañe en el mágico mundo del ballet.
Con amor,
Mirko Vullo